Por: Roberto A. Valenciano Capín
Una puesta en escena en donde la gratitud de estos cuatro soñadores, sus sueños, fueron los detonantes en "Lecciones de Vuelo para Dinosaurios y cocodrilos" del colectivo El árbol de neuronas en la Guarida del Coyote.
Un espacio habitado y que te habita a partir de la cotidianidad: sillas, una mesa, ropa tirada y cajas forradas de aluminio y serie de luces.
A pesar de ser un montaje bajo el rubro de work in progress, resulta demasiado revelador y que te entusiasta al saber involucrar-te de ipso facto desde el primer dialogo e incidir en provocarte el soñar, el dejarte viajar libremente por el imaginario y los sentidos sustentado en la construcción de la ficción, cuya verdad no solamente radica en la contundencia de la eficacia escénica sino el trasmitir ideas mágicas y puntuales, así como poner en cuestionamiento esta posición del adulto en este mundo de adolescentes y soñadores.
"Es nuestra visión del universo que siempre quisimos volar, volar en serio y tú estas realmente inspirado".
De esta manera convocan mas que invitar a ser parte deesta travesía a partir de sus propias vivencias que se traslucen en sensaciones, emociones y sueños producidas por la acción de ellos mismos a través del cual se construye un universo con cierta ingenuidad razonada para embarcarse por estos puntuales y lucidos imaginarios propuestos gracias a los textos generados por Missael Rivera, Dinorah Piñón, Aurelio Gutiérrez y Tristán Garrido.
"El día es para vivir y la noche para soñar".
Una nave sin nombre que estaba lista, hecha a través de una serie de productos reciclados que les sirven a estos expedicionarios para construir un monstruo de muchas toneladas con la que se darán inicio a la travesía.
Un grupo de soñadores, ha decidido emprender el primer viaje ilegal de exploración espacial sin destino fijo, y con la única finalidad de encontrar la inspiración en alguna parte del universo.
A través de una bitácora del capitán van construyendo este itinerario de estos personajes en donde convergen la amistad, el querer, el humor, la rebeldía esos visos del ingenuo amor y el juego van configurando en torno a su universo, así como el alterno y más importante: el de los sueños.
Una puesta cautivante de este colectivo integrado por jóvenes que rondan entre los 16 años quienes nos retratan un teatro esencial, sin permutas. Una provocación a la imaginación o, como apunta Caín Coronado "un proyecto autogestivo, de mucha generosidad al prestarte 4 horas de su tiempo para ensayar, dar todo de si ".
Una idea original: Missael Rivera con un trabajo de la dramaturgia y dirección de el árbol de Neuronas y en el cual se cuenta con la asesoría artística de Laboratorio Teatral Cuarteto del silencio.
Colectivo El árbol de neuronas esta integrado por: Jimena Díaz, Tristán Garrido, Aurelio Gutiérrez y Missael Rivera.
Un evento que forma parte de las actividades del IV Encuentro de la Nueva Sensibilidad.
A pesar de ser un montaje bajo el rubro de work in progress, resulta demasiado revelador y que te entusiasta al saber involucrar-te de ipso facto desde el primer dialogo e incidir en provocarte el soñar, el dejarte viajar libremente por el imaginario y los sentidos sustentado en la construcción de la ficción, cuya verdad no solamente radica en la contundencia de la eficacia escénica sino el trasmitir ideas mágicas y puntuales, así como poner en cuestionamiento esta posición del adulto en este mundo de adolescentes y soñadores.
"Es nuestra visión del universo que siempre quisimos volar, volar en serio y tú estas realmente inspirado".
De esta manera convocan mas que invitar a ser parte deesta travesía a partir de sus propias vivencias que se traslucen en sensaciones, emociones y sueños producidas por la acción de ellos mismos a través del cual se construye un universo con cierta ingenuidad razonada para embarcarse por estos puntuales y lucidos imaginarios propuestos gracias a los textos generados por Missael Rivera, Dinorah Piñón, Aurelio Gutiérrez y Tristán Garrido.
"El día es para vivir y la noche para soñar".
Una nave sin nombre que estaba lista, hecha a través de una serie de productos reciclados que les sirven a estos expedicionarios para construir un monstruo de muchas toneladas con la que se darán inicio a la travesía.
Un grupo de soñadores, ha decidido emprender el primer viaje ilegal de exploración espacial sin destino fijo, y con la única finalidad de encontrar la inspiración en alguna parte del universo.
A través de una bitácora del capitán van construyendo este itinerario de estos personajes en donde convergen la amistad, el querer, el humor, la rebeldía esos visos del ingenuo amor y el juego van configurando en torno a su universo, así como el alterno y más importante: el de los sueños.
Una puesta cautivante de este colectivo integrado por jóvenes que rondan entre los 16 años quienes nos retratan un teatro esencial, sin permutas. Una provocación a la imaginación o, como apunta Caín Coronado "un proyecto autogestivo, de mucha generosidad al prestarte 4 horas de su tiempo para ensayar, dar todo de si ".
Una idea original: Missael Rivera con un trabajo de la dramaturgia y dirección de el árbol de Neuronas y en el cual se cuenta con la asesoría artística de Laboratorio Teatral Cuarteto del silencio.
Colectivo El árbol de neuronas esta integrado por: Jimena Díaz, Tristán Garrido, Aurelio Gutiérrez y Missael Rivera.
Un evento que forma parte de las actividades del IV Encuentro de la Nueva Sensibilidad.
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