Fotos: Cortesía de Metrópolis.
Por: Roberto A. Valenciano Capín.
Entre las albricias sonoras de este céntrico bar y aunado con la generosidad del escritor jalisciense Eusebio Ruvalcaba fue presentado su mas reciente trabajo "El arte de mentir” en donde compartió la mesa con los comentarios de Alexandro Roque y Xalbador García, al fungir como moderador Anuar Jalife
Sereno, escuchando con atención a los comentarios, reconocimiento y gratitud no solo a su obra sino a su labor escritural, mientras daba algunos sorbos a su bebida, en momentos desplegaba una sonrisa.
En su intervención el periodista y editor Alexandro Roque quien inicialmente aclara su pronta identificación con Eusebio Ruvalcaba, " y a veces sin buscarlos, los textos de Eusebio Ruvalcaba los conocí en una revista que se llamo la revista mexicana de la crisis que salió algunas décadas, en donde tenía una columna -primero la A- en donde compartía consejos para escribir, tips de redacción".
En cuanto a este libro del arte de mentir se refirió al mismo como un libro de aforismo y ensayos bajo el pulso de "ser reflexiones muy amigables, además muy agradables y muy leíbles".
En cada libro de Ruvalcaba hay un guiño de inteligencia femenina, un coqueteo a la belleza, escribimos los hombres para ellas aunque nos lean y aunque nos hagan escribir o no".
En cuanto a este libro del arte de mentir se refirió al mismo como un libro de aforismo y ensayos bajo el pulso de "ser reflexiones muy amigables, además muy agradables y muy leíbles".
En cada libro de Ruvalcaba hay un guiño de inteligencia femenina, un coqueteo a la belleza, escribimos los hombres para ellas aunque nos lean y aunque nos hagan escribir o no".
Así como destaco ese grado de maestro" que la mayoría le concedemos o conferimos no solo en lo literario sino como persona, como amigo o en la conversación".
Para ceder el micrófono, el también escritor y editor Xalbador García quien en un primer aliento agradeció esta cofradía que se dio cita en este espacio y "esta cofradía es muy interesante por que cuando uno se dedica a la literatura siempre tiene escritores emblemáticos, personas, libros que unen a una generación o te unen a una amistad o, te une el simple gusto de haberlos leído, estos amigos que estamos aquí en San Luis Potosí y hemos coincidido en dos autores por diferentes circunstancias, el primero es Jorge Ibargüengoitia y el segundo precisamente el maestro Ruvalcaba".
Al destacar al amigo escritor por su honestidad conque profesa su escritura. "Es aquel escritor honesto que no se oculta, aquel que escribe lo que piensa, lo que siente, no lo que el lector quiere leer y en este sentido así los lectores de Eusebio Ruvalcaba precisamente somos esa pequeña legión que cada vez es mas basta como puedo ver, no queremos el libro para que nos cuente una historia bonita, una historia de amor, una historia de estas historias que son tan comunes, las historias de aeropuerto, como lo señala en Letras Libre, sino queremos una lectura que nos afrente, una literatura que nos diga que otras personas, otros hombres han llorado, tienen miedo, tienen sueños, van en la vida con el corazón roto, tienen deseos de amor y eso es precisamente lo hace Ruvalcaba desde su propia persona, no te esta inventando discursos, no hay un artificio sino lo que es el escritor en su texto, esto es lo que seduce al estar leyendo un lector con oficio mas que un buen lector".
Prosigue este acto de confesión de este integrante de una generación que creció con muy pocos valores, "la honestidad no se nos da mucho" y de ahí partir a esta reflexión: "Estas leyendo a un ser humano , no el texto o la frase luminosa como decía Roque que si las ahí pero sobretodo es una luminosidad que te cala el alma y no puedes salir inmaculado después de leer a Ruvalcaba y estos textos del arte de mentir son efectivamente eso, porque al final de cuenta con este libros y los otros lo que hace Eusebio Ruvalcaba es pensar la vida en este momento en el cual la literatura cada vez es menos literaria, menos artística en un mundo del cual cada momento es vertiginoso y en donde el tiempo ya se mide a ciento cuarenta caracteres, cuando la noticia del momento solo dura unos minutos".
La literatura de Ruvalcaba va contracorriente, "nos exige silencio, es como un buen vino, una buena melodía. Te tienes que dar el tiempo preciso para leer a Eusebio Ruvalcaba y esto es la riqueza de la literatura".
Para cerrar esta alianza de Ruvalcaba con un fraternal abrazo y agradecimiento a sus reseñistas o presentadores en el mejor del caso en este tradicional bar del Hotel Progreso que se encuentra en el merito centro de esta capital potosina.
Cuando el Mtro. Eusebio decide hablar —o escribir— a través de una pausada voz y su generosidad fluye al mandar al mesero para invitar unas “chelas” a unos jóvenes que hacían barullo, para que se pudieran estar callados, al destacar que "ellos están en su derecho de hablar, nosotros somos los intrusos".
Eso si, poco hablo de su obra, haciendo mas énfasis en contar una tras otras anécdotas de su vida, así como estar sorprendido de encontrarse con un prólogo que también tiene su libro dedicado a Vicente Quirarte, algo mas que le llamo la atención y fueron dos poemas precisos del momento:-Citlalli- y -Coral- para este lector profano como él se autodefine, para darle lectura y a la vez permiso a su autor, el Profr. Alfonso Badillo Dimas, el cual asiente con gusto.
Sin lugar una tarde-noche en donde las letras y vivencias se conjugaron en compañía de grandes amigos y colegas quienes disfrutaron de cada paginación que compartió sin cortapisas el autor hacia a la memoria de su vida.
Por lo tanto, El arte de mentir es una obra que se suma a una cauda de trabajos ensayísticos que el autor ha compilado en varios libros. Sin duda, por su valor estilístico y la factura de escritor que caracteriza a Eusebio, es un libro que no decepcionará a sus lectores.
“Mentir es una prueba de fuego, y no hay quien salga bien librado”. Mentir no es un fin, sino un regocijo, pues “nadie, o muy pocos —digamos los pusilánimes— no disfrutan cuando
Para ceder el micrófono, el también escritor y editor Xalbador García quien en un primer aliento agradeció esta cofradía que se dio cita en este espacio y "esta cofradía es muy interesante por que cuando uno se dedica a la literatura siempre tiene escritores emblemáticos, personas, libros que unen a una generación o te unen a una amistad o, te une el simple gusto de haberlos leído, estos amigos que estamos aquí en San Luis Potosí y hemos coincidido en dos autores por diferentes circunstancias, el primero es Jorge Ibargüengoitia y el segundo precisamente el maestro Ruvalcaba".
Al destacar al amigo escritor por su honestidad conque profesa su escritura. "Es aquel escritor honesto que no se oculta, aquel que escribe lo que piensa, lo que siente, no lo que el lector quiere leer y en este sentido así los lectores de Eusebio Ruvalcaba precisamente somos esa pequeña legión que cada vez es mas basta como puedo ver, no queremos el libro para que nos cuente una historia bonita, una historia de amor, una historia de estas historias que son tan comunes, las historias de aeropuerto, como lo señala en Letras Libre, sino queremos una lectura que nos afrente, una literatura que nos diga que otras personas, otros hombres han llorado, tienen miedo, tienen sueños, van en la vida con el corazón roto, tienen deseos de amor y eso es precisamente lo hace Ruvalcaba desde su propia persona, no te esta inventando discursos, no hay un artificio sino lo que es el escritor en su texto, esto es lo que seduce al estar leyendo un lector con oficio mas que un buen lector".
Prosigue este acto de confesión de este integrante de una generación que creció con muy pocos valores, "la honestidad no se nos da mucho" y de ahí partir a esta reflexión: "Estas leyendo a un ser humano , no el texto o la frase luminosa como decía Roque que si las ahí pero sobretodo es una luminosidad que te cala el alma y no puedes salir inmaculado después de leer a Ruvalcaba y estos textos del arte de mentir son efectivamente eso, porque al final de cuenta con este libros y los otros lo que hace Eusebio Ruvalcaba es pensar la vida en este momento en el cual la literatura cada vez es menos literaria, menos artística en un mundo del cual cada momento es vertiginoso y en donde el tiempo ya se mide a ciento cuarenta caracteres, cuando la noticia del momento solo dura unos minutos".
La literatura de Ruvalcaba va contracorriente, "nos exige silencio, es como un buen vino, una buena melodía. Te tienes que dar el tiempo preciso para leer a Eusebio Ruvalcaba y esto es la riqueza de la literatura".
Para cerrar esta alianza de Ruvalcaba con un fraternal abrazo y agradecimiento a sus reseñistas o presentadores en el mejor del caso en este tradicional bar del Hotel Progreso que se encuentra en el merito centro de esta capital potosina.
Cuando el Mtro. Eusebio decide hablar —o escribir— a través de una pausada voz y su generosidad fluye al mandar al mesero para invitar unas “chelas” a unos jóvenes que hacían barullo, para que se pudieran estar callados, al destacar que "ellos están en su derecho de hablar, nosotros somos los intrusos".
Eso si, poco hablo de su obra, haciendo mas énfasis en contar una tras otras anécdotas de su vida, así como estar sorprendido de encontrarse con un prólogo que también tiene su libro dedicado a Vicente Quirarte, algo mas que le llamo la atención y fueron dos poemas precisos del momento:-Citlalli- y -Coral- para este lector profano como él se autodefine, para darle lectura y a la vez permiso a su autor, el Profr. Alfonso Badillo Dimas, el cual asiente con gusto.
Sin lugar una tarde-noche en donde las letras y vivencias se conjugaron en compañía de grandes amigos y colegas quienes disfrutaron de cada paginación que compartió sin cortapisas el autor hacia a la memoria de su vida.
Por lo tanto, El arte de mentir es una obra que se suma a una cauda de trabajos ensayísticos que el autor ha compilado en varios libros. Sin duda, por su valor estilístico y la factura de escritor que caracteriza a Eusebio, es un libro que no decepcionará a sus lectores.
“Mentir es una prueba de fuego, y no hay quien salga bien librado”. Mentir no es un fin, sino un regocijo, pues “nadie, o muy pocos —digamos los pusilánimes— no disfrutan cuando
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