lunes, 14 de julio de 2014

México, país de ocurrencias, sin planeación de largo plazo y cultura de proyectos.

Por Arq. J. Jesús García Rojas A.

México está estancado en su proyección,
por el sobre endeudamiento en todos los niveles. 
Ya hemos comentado y lo reitero por su importancia el que México es un país sin “Planeación De Largo Plazo”, con el marco legal vigente el gobierno federal y los estados de la republica planean obligatoriamente a seis años y los municipios a tres años, en consecuencia absurdamente reinventamos el país cada seis y tres años.

Si bien se hacen con frecuencia ejercicios a mayor horizonte, pero estos no tienen el carácter obligatorio el apegarse a ellos.

Todos los días leemos en los diarios comentarios y observaciones de los efectos que esto origina, como improvisación, malas decisiones, corrupción y problemas en la deuda pública, presupuestos anuales, mala gestión, planeación urbana, infraestructura, movilidad, equipamiento urbano, medio ambiente, ecología, crecimiento anárquico, etc. Pero pocos o nadie ventilan y analizan las causas.

Aunado a esto la experiencia de la Secretaria De Hacienda y la Banca De Desarrollo es que tanto estados como municipios en su mayoría encuentran sobre endeudados, deuda púbica que se supone debe ser para proyectos productivos prioritarios y en muchos casos se destina indebidamente para pago de pasivos y a gasto corriente, para regocijo de la banca comercial la mayoría está inmersa en un perverso circulo vicioso de cada seis y tres años respectivamente reestructuran su deuda para ampliar el plazo y contratar más deuda.
Se han otorgado de manera innecesaria, recursos para proyectos de menor
importancia, que en muchas ocasiones, terminan siendo
para el pago de pasivos.

Los plazos de las gestiones municipales son muy cortos, sus ingresos dependen el 70% de participaciones federales y estatales; con administraciones ineficientes y obesas de tal suerte que el 70% de sus egresos son de gasto corriente.

En la administración pública de los tres niveles de gobierno no hay servicio profesional de carrera, todos los mandos medios y superiores se cambian cada 6 y 3 años, únicamente permanece el personal sindicalizado que cada día son más en número y menos en eficiencia.

Las malas tomas de decisiones han llevado a la ruptura
proyectos ejecutivos. 
Estados y municipios tienen un enorme inventario de necesidades, “No Existe Cultura De Proyectos”, no se tienen identificados los proyectos productivos necesarios, no disponen, ni ejercen créditos disponibles en la banca de desarrollo para estudios y proyectos que en algunos casos son a fondo perdido, no se cuenta con una libro blanco, cartera, portafolios o banco de proyectos evaluados, susceptibles de financiarse con recursos públicos y privados, no se cuenta con proyectos ejecutivos, en consecuencia no están en condiciones de buscar y gestionar créditos e inversiones en las mejores condiciones posibles.

Adicionalmente la falta de proyectos ejecutivos y las malas prácticas en concursos es un mal endémico en México, son un salto al vacío, en cuanto a proyectos ejecutivos, se asignan y contratan la mayoría de las obras públicas sin su existencia, y cuando existen están mal hechos, originado enormes desviaciones de tiempo, costo y calidad de estas; en relación a los concursos de obra generalmente se simulan o fraccionan para hacerlos por invitación, se asignan a la oferta más baja, pero los conceptos no considerados y obras extras llegan a duplicar el valor de estas.

Es muy necesario ya, una mejor planificación
y una mejora en los controles presupuestales. 
El colmo es que cada día es más frecuente la asignación directa de obras sin concursos.

En los países democráticos desarrollados planean obligatoriamente a largo plazo, entiéndase a 25 años, sometiéndose a referéndum y las distintas administraciones de los tres niveles de gobierno se apegan a estos no importando el partido político al que pertenezcan, cada quien realiza lo correspondiente en el plazo de su gestión, existen bancos de proyectos evaluados, proyectos ejecutivos, menú muy amplio de financiamiento público-privado, mejores prácticas en concursos y eficientes controles presupuestales.

Tenemos claro que si queremos ser mejores debemos dar pasos en la dirección de hacer reformas constitucionales al marco jurídico de la planeación en México y fomentar la cultura de proyectos ejecutivos en los tres niveles de gobierno y mayor transparencia y rendición de cuentas en la administración pública.

Arq. J. Jesús García Rojas A.

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