miércoles, 13 de agosto de 2014

Un Shostakovich bajo el temperamento del violonchelista Vladimir Sagaydo en el concierto de apertura de la temporada otoño- invierno de la OSSLP.

Por: Roberto A. Valenciano Capín

Dio inicio la temporada otoño- invierno 2014 de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí bajo la dirección del Mtro. José Miramontes Zapata al ofrecer un excelso programa y tener como invitado al violonchelista Vladimir Sagaydo.
 
Sin lugar a dudas, una excelente idea la de reunir en una misma velada, por encima de loa diversidad estilística y temática que plantean, un Delibes, intermediados por un maravilloso Fauré y cerrar con un potente Shostakovich.

Un repertorio que fue departiendo desde este lado alegórico a lo intimista y puntual, para convertirse en una sesión muy significativa al contar en este primer concierto de temporada con el solista invitado, el violonchelista Vladimir Sagaydo.La puntualidad bajo el extraordinario tono alegórico y monumental de la  Suite del ballet "Coppelia" de Leo Delibes que entrelaza este sentido onírico bajo esta versión divertida y de carácter dulce de esta historia de esta  fantasía psicológica de una oscuridad relativa, entre el enamoramiento destructiva de un hombre por una mecánica realista muñeca, solventado entre los espontáneos aplausos del público que se dieron cita a este centenario Teatro de la Paz y que fueron moderados a través de una seña de su director. 

Pelléas et Mélisande, Op. 80 del compositor francés, Gabriel Fauré, llena decolores e intencionalidad dramática que va desde este temperamento bucólico hasta este móvil paisajista e impresionista de esta historia amorosa entre Pelléas y Mélisande, al mostrar con talante la orquesta una sonoridad con un  discurso muy fluido, gracias al cual lució en todo su esplendor, aunado a una capacidad en la solución de continuidad a través del contraste de ambientes y formas.
 
Un concierto, pese a todo, tuvo momentos buenos, en donde esta primera parte estrictamente  dieron a punto las medidas de sus intenciones, bien tocada,  precisa y muy bien calibrada. aun así se distinguió por una eventual salida a modo de culminación de las obras.
 
Una segunda parte que cerro con una obra excepcional como es el concierto no. 1 para Violoncello y Orquesta, Op.107 del compositor ruso, Dimitri Shostakovich,  en donde se ha tenido el don de esta prestanciaque sublima a través de sus tres movimientos y  se amplifica portentosamente todo lo que en ella suena mas al hacer énfasis en el segundo movimiento, dándose también este bello detalle bajo este halito de una sublime albricia y a la vez solidaridad de uno de sus compañeros atrilistas, al serle  dedicado este movimiento a todos los ucranianos a través de la violinista Tatiana Melnick.
 
Aunado a esta poderosa sensación que transmite el joven chelista Vladimir Sagaydo, al interpretar con tal talante y emoción un poco contenida. Desde luego permeo la sutileza que es lo suyo, lo que queda demostrado en la violencia de los ataques, la claridad en las texturas expuestas en esta obra que esta considerado por muchos críticos como el mejor del siglo XX, al contener bellas melodías, ritmos fascinantes y gestos sinfónicos monumentales. Es de muy fácil audición para ser una obra del siglo XX.
 
Un sonriente Sagaydo  junto con el Mtro. Miramontes Zapata agradecieron el aplauso del respetable respecto a esta interpretación, al hacerlos salir al escenario tres veces y como agradecimiento al mismo, Sagaydo ofreció como encore, la Suite No.1 para Violoncello solo de Johann Sebastian Bach. 

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