lunes, 3 de noviembre de 2014

" Risas y Sonrisas", danza clown de Montserrat Chávez, presente en la tercera edición de Fronteras en Tránsito


Fotos: Cortesía de R. Knox Fotografía
Por: Roberto A. Valenciano Capín

Un trabajo escénico en donde la candidez y la plena pretensión de divertir y pasarla bien es lo que propone la joven coreógrafa y bailarina potosina Montserrat Chávez con su coreografía " Risas y Sonrisas" que  fue estrenada como parte de las actividades programadas dentro de la tercera edición de Fronteras en Transito en la Guarida del Coyote.
 
A través de una escenografía  que sin mas transporta o remite al público a una gran metrópoli, aunado a una banca y una silla coronada con este gran bombín.
4 personajes salen para reencontrarse y a la vez reflexionar a través de sus respectivos espejos, estos estados emotivos, gestos, y articulaciones  que los pulsara en toda la obra.

A partir del mismo y un sinfin de situaciones que le pasa a Monchewiu, un  galán y pispireto que trata de ganarse el aprecio de Piernas Largas, una chica no tan fácil pero que se da a desear, para ser testigos de divertidas y partes referenciales como es la comedia del cine, para entrar en sus viscitudes que tiene que pasar bajo la complicidad de sus  coparticipes.

Un trabajo bien resuelto tanto en su dramaturgia como en la diversidad en cuanto al entramado y coherencia, así como enriquecer su lenguaje de  movimiento con el Charleston, Foxtrot, Clown, arte mímico y movimiento orgánico, para  desentrañarse en  estas sensaciones, emociones y lo más importante, el mismo hecho de sorprenderse a través de esta historia que entre tropiezos y a pesar de lo predecible de un humor directo  y comico  que va demarcando Monchewiu-Montserrat  Chávez en la complicidad de Ojitos Pispiretos- Cynthia Irurzo-, Piernas Largas - Natalie Rodríguez- y Cara de Palo- Carlos Govea-.


Una obra visualmente atractiva y que te lleva a este imaginario propuesto, aunado a quedar demostrado la agilidad de plasmar de forma puntual  estas formas expresivas que pocas veces son tomadas en cuenta  y de esta manera conformar un discurso que responde a sus necesidades expresivas.

pesar de remitirnos a este homenaje al gran Charliot, Charles Chaplin, se vuelve simplemente como un punto de partida para decantar en "Vernos a nosotros mismos y a los demás con la alegre naturalidad del ser. Dejando para después la carga perfecta del deber ser" como lo diría puntualmente esta icono de la comedia del cine mudo.

O simplemente es "explorar a profundidad un lenguaje de emociones cotidianas, observar y aprender a traducir  emociones con el lenguaje de la danza, el gesto, la pantomima. Llevando a cabo un realismo extremo que llega a ser grotesco y divertido" como lo explica su creadora, Montserrat Chávez.

Una obra que se agradece a esta novel coreógrafa que apuesta por estas búsquedas de su propio lenguaje, que le permitan continuar evolucionando y ofreciendo, sin hacer a un lado su tradición, frescas formas de aproximación a la danza que hacen mucha falta.  

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