jueves, 13 de agosto de 2015

De la formación profesional, su ejercicio, los colegios, certificación y representatividad

CUAAD de la UdG
Por Arq. Jesús García Rojas:

Los saludo con afecto, ya les he comentado que pertenezco a una generación (1965-1970) de la hoy Facultad de Arquitectura de la UNAM, antes Escuela Nacional de Arquitectura y quienes tuvimos la fortuna de recibir una formación integral muy sólida, con excelentes maestros, con un plan de estudios de licenciatura muy completo que según recuerdo incluía entre otras muchas materias “obligatorias” el urbanismo (I,II y III)y el diseño urbano(I,II y III), carrera que se cursaba en un plazo de 5 años más servicio social, tesis y examen profesional; obviamente para quien así lo desearan había y hay la instancia de la especialización por medio de maestrías y doctorados; esta licenciatura entiendo por necesidades de los tiempos prácticamente se convirtió en dos carreras; observo que algo semejante sucedió en el CUAAD de la UdG, de esta última, después de leer los planes de estudios actuales es mi opinión que con esta separación la licenciatura de Arquitectura se debilito por excluir el urbanismo en su totalidad, solo dar materias de diseño urbano y no incluir otras en los campos del conocimiento de la costos, economía y finanzas, que a mi juicio son indispensables en la actualidad; en lo que se refiere a lo que llaman hoy Urbanística y Medio Ambiente, me parece interesante, veo bien su plan de estudios y se podría robustecer con materias vinculadas al financiamiento para el desarrollo, y en ambas observo la necesidad de mayor vinculación con la realidad nacional y el mercado de trabajo, se redujeron el número de créditos y el plazo a tan solo 4 años más tesis y finalmente en el tema de la educación un papel relevante lo tienen la calidad de los maestros y la de los propios alumnos.

Si bien las universidades nos dan los conocimientos académicos y teóricos, otro aspecto son las oportunidades de trabajo, la práctica profesional, la experiencia y la actualización de conocimientos, donde también observamos en general muchas debilidades en quien ejerce estas profesiones.
Por otra parte considero pertinente comentar que siempre he pensado que el urbanismo es una actividad multidisciplinaria en la que concurren muchas áreas del conocimiento y profesiones que enriquecen con sus aportaciones elementos para soluciones y así lo debemos entender y actuar en consecuencia.

Posiblemente en la ciudad de México existan colegios con la
capacidad y experiencia para asumir esta delicada responsabilidad 
Continuando con la educación y la certificación profesional, me resulta inadmisible que la ley de profesiones delegue a los colegios de profesionales la certificación de la actualización de los profesionales, en el caso de la Arquitectura y el Urbanismo posiblemente en la ciudad de México existan colegios con la capacidad y experiencia para asumir esta delicada responsabilidad en el caso de Jalisco y Guadalajara no lo es así, ante esta situación me pregunto quién certificara a los colegios de profesionales porque muchos de ellos no están prestigiados, son inconsistentes, improvisados, vamos coloquialmente: chafas, balines, de portafolio o de cajuela.

En Jalisco la mayoría de los profesionales de la Arquitectura y del Urbanismo se colegian NO por el sano interés de compartir experiencias, vigilar la enseñanza, el ejercicio de esta y cuidar la ética, proteger y buscar más oportunidades de trabajo bien remuneradas a su gremio, actualizarse, dar opiniones colegiadas sobre el rumbo y destino de la ciudad; solo lo hacen porque para ejercer su profesión y ser peritos tanto de proyecto u obra las autoridades municipales les exigen estar
colegiados, No más, fuera de eso, los colegios como hoy existen, no sirven para nada, no cumplen con su misión.

Los dirigentes de los colegios ya no son como antes, los de mayor prestigio en la academia o en la práctica de la profesión en distintos ámbitos, los de mayor reputación y prestigio; salvo contadas excepciones, hoy son profesionales o académicos con aspiraciones políticas, pretenden usarlos de trampolín político, aun cuando en los colegios no se permite la política partidista, también son profesionales entendiblemente ávidos de oportunidades y trabajo ( chamba), que persiguen los puestos de dirección gremial para relacionarse, lógicamente tener mayores oportunidades de trabajo y contratos en el sector público, ya que estos cargos les permiten estar en: consejos, comisiones, comités, siempre cerca del poder y de los tomadores de decisiones, como ya lo señale, NO lo hacen por el deseo de servir y buscar el bien común en la academia y el ejercicio de su profesión.

A los presidentes de colegios, estos cargos les permiten estar en:
consejos, comisiones, comités, siempre cerca del poder y de los que toman
decisiones. 
Como suele suceder en la política, también ocurre en los colegios de profesionales actualmente el presidente y su consejo directivo no representan a nadie más que a sí mismos y sus intereses, no a los agremiados, se alinean con el gobierno municipal y estatal en turno, no tienen en temas de ciudad y Arquitectura opinión propia, es mas no interesa su opinión, inclusive podíamos decir que se han desprestigiado y han perdido peso político y social.

Por otra parte en el sector público existe la mala costumbre de cuando se habla de realizar consultas públicas o conformar consejos ciudadanos, estas supuestamente se hacen entre colegios, cámaras, sindicatos y universidades que también solo representan a su gremio o sector y “No a la sociedad en su conjunto”.

Considero que hemos perdido principios, valores y ética que debemos de recuperar para el bien de nuestras ciudades, la sociedad, y de nosotros mismos los profesionales de la Arquitectura y el Urbanismo.

Arq. J. Jesús García-Rojas Armengol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario